domingo, 21 de junio de 2009

Bogart again


Las personas como nosotros, cereza, no están hechas para enamorarse. Pero sabemos amar.
Lo hacemos con el lenguaje afilado del cuento corto y la prohibición sensata de miradas hacia atrás. Somos mentirosos pero no hipócritas. Somos insensibles al tacto comprometido aunque nos conmueven los gestos mínimos si es que no piden recompensa. Si es que no piden redención.
Las personas como nosotros, cereza, son como apretados zapatos de gala. Perfectamente soportables para los doce pasos desde bar a la terraza. Fatales para el camino extenso de regreso a la cama.
Nos merecemos, cereza, ya sea por una escaza conciencia disfrazada de necesidad. O porque solo al lado del otro podríamos dormir serenos, con la convicción de que no ha de pasar mucho tiempo hasta amanecer con un puñal clavado en el pecho. Entonces estaremos bien.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta... cereza, no?

-Manny-

Anónimo dijo...

conmovedor ...
María

María José dijo...

La señal.