martes, 23 de junio de 2009

Primero el orden


Tras los sangrientos sucesos en Bagua varias protestas aparecieron o se agudizaron en distintas zonas del país. Lamentable pero cierto: el alcance que tuvo el plantón en la selva evidenció la inoperancia del Estado al momento de solucionar conflictos (ni qué decir al momento de anticiparlos) propiciando con ello que algunos políticos y organizaciones radicales aprovecharan la coyuntura y la justa molestia de los pobladores en Apurimac, Cuzco y Junín para incentivar el bloqueo de carreteras y la toma de aeropuertos. A esto se le suma el manejo erróneo de algunos medios de comunicación que confunden la defensa de los necesitados con el aval de la violencia. Para muchos, incluso, cualquier intervención policial o militar es sinónimo de injusticia. De opresión. De genocidio. En otras palabras: tú protesta nomás que si algo te pasa es abuso de autoridad.
Que se entienda de una vez. No es de ultraderechas ni fascismo hacer prevalecer el orden. Todo lo contrario, forma parte del ejercicio democrático. La protesta es válida hasta donde afecta el bienestar de los demás y es en base a su legalidad o ilegalidad desde donde debe ser abordada.
Establecer puentes de diálogo entre el Estado y las poblaciones más necesitadas del país tiene que ir más allá de una medida de emergencia y volverse una constante a largo plazo. Pero es igual de necesario que prevalezca el estado de derecho frente a actos vandálicos que flaco favor le hacen no sólo a la estabilidad del país sino a los propios intereses de sus gestores. De los pobladores, claro está. Otros se revuelcan felices en el fango del caos.

1 comentario:

Ximena dijo...

En un articulo periodistico lei: es un abuso contra los indigenas que protestas indefensos y en son de paz...no dire que periodico o revista lo publicaba, pero, en son de paz?, llevar lanzas e incluso armas obtenidas´por narcotrafico es pacifico, si es asi bob marley se levantaria de la tumba a cantar de nuevo one love. Ambas partes estan equivocadas, tanto el estado como los indigenas pero desde un punto de vista legal, el estado tiene absoluto derecho sobre esas tierras que no son de los indigenas, son del Perú. La violencia solo engendra mas violencia, la palabra siempre sera la mejor arma.