martes, 25 de agosto de 2009

Intrascendentes lucen mejor

Ha pasado un década desde que Líbido irrumpiera en la siempre incierta escena del rock nacional. Durante ese tiempo los liderados por Salim Vera (amado y odiado por igual) se ubicaron como la banda con mayor proyección dentro y fuera del país, lenguas de MTV incluídas. Lamentablemente a medida que aumentaba su popularidad y con cada nuevo trabajo perdían el punche de sus primeras canciones en pos de una intelectualidad que dejaba la misma sensación que podría dar el ver a la fea del salón tratando de vestirse como femme fatale.
Por suerte lo que ya era un saludable amago en Lo último que hablé ayer es un completo acierto en Un día nuevo, quinto disco de estudio y el mejor de su carrera.
Líbido deja de lado cualquier intento de grandilocuencia y sale a tocar canciones rápidas, contundentes, sin introducciones pomposas o intentos de líricas profundas con lo cual hasta las baladas -lo peor de su producción antes de esta placa- resultan un acierto; Salim olvida sus pretenciones de ser un Tom Yorke made in Perú y se divierte cantando he descubierto que mi novia es mala secundado por rasgueos estilo rockabilly y una batería machacante.
De las catorce canciones solo una pasa los cuatro minutos de duración mientras que la mayoría cuentan su intrascendente y divertida historia en un dos por tres.
Pone.


1 comentario:

joseantonio dijo...

si, es paja cuando las bandas regresan a sus influencias ramoneras y todo suena mas simple