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Era tarde ya cuando se convenció de que todos dormían. Salió en busca de torta y jugo de durazno. La única combinación capaz de hacerlo sentir un poco mejor. La costumbre de robar comida a esa hora hizo que el viaje de ida y vuelta a la cocina tomase menos de cinco minutos, a pesar de la poca visión que tenía. Cuando entró al cuarto, Alicia dijo hola en un susurro, su primera reacción fue cerrar por completo los ojos para no contagiarla, ella aprovechó su ceguera temporal para llevarlo de la mano hacia la ventana que daba a la calle, ahí se besaron o mejor dicho fue ella quien lo besó pues él no abrió en ningún momento los ojos y a duras penas los labios, por eso tantos tropezones de sus bocas aunque todo parecía acomodarse con una risita de Alicia ¿Fueron horas o minutos? nunca lo sabría con exactitud pues la oscuridad también confunde al tiempo y qué más daba si era suficiente con el sonido que hacían cuatro labios al juntarse y separarse dejando un leve rastro de humedad como evidencia. La felicidad a intervalos suspendidos apenas para tomar aire y reaundar la ternura sin imágenes, el sosiego con un inmenso telón negro cubriéndolo todo que impedía pensar y sólo sentir y sólo besar y fueron horas o minutos, daba igual. El mundo seguiría en su lugar al abrir los ojos y seguiría allí cuando terminase su frugal adolescencia y ya no pueda volver a cerrarlos y suspender y sólo sentir y sólo besar.
Alicia dijo chau llevándose la torta. Al día siguiente pudo dejar el exilio usando un par enormes gafas negras a través de las cuales comprobó aliviado que la mirada de su prima seguía intacta. Hubo otras noches de besos subversivos pero ninguna fue tan rica como aquella en la que se quedó ciego, brevemente, por quererla.
Alicia dijo chau llevándose la torta. Al día siguiente pudo dejar el exilio usando un par enormes gafas negras a través de las cuales comprobó aliviado que la mirada de su prima seguía intacta. Hubo otras noches de besos subversivos pero ninguna fue tan rica como aquella en la que se quedó ciego, brevemente, por quererla.
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