lunes, 3 de agosto de 2009

Adaptación

Martín Romaña, ese entrañable alter ego de Bryce Echenique en dos de su mejores novelas, era un tipo destinado a sufrir por amor. Primero fue por su esposa Inés -del alma mía, luz de donde el sol la toma- una muchacha que bizqueaba al perder los estribos y que terminó dejándolo por los ideales efervescencentes de mayo del 68 y luego por un empresario brasilero.
Después vino Octavia de Cadiz, una bella aristócrata y siendo tan plebeyo él, aunque no en el Perú de Pinglo sino en la Francia post-revolución y post Inés y otra vez el pobre a terminar con el corazón roto y con todo su camino a verse solo.
Y es precisamente para olvidar a Octavia que el tierno desastre que es el profesor Romaña idea la Operación O-O ( es decir, Operación Olvidar-a-Octavia). Lo escribe en un papel y se dice a sí mismo que cuando confunda la vocal repetida con ceros habrá superado ese nuevo escollo sentimental.
Nunca lo consiguió.
Pero ¿de qué se trata exactamente olvidar a alguien?
¿Pasa por la eliminación progresiva y categórica de todos los datos existentes sobre una persona entrañable? O es más bien una nueva perspectiva a esos nombres y lugares y fechas que antes jodían y ahora son mera anécdota pueril que se cuenta como quien cuenta una historia graciosa.
¿Cómo se quita uno de encima esa sensación de constante reminiscencia?
¿cuál es la mejor forma de pasar del todo tiempo pasado fue mejor a un rotundo ya lo pasado, pasado y es que no me interesa?
¿emborrachándose? ¿un clavo saca a otro clavo?¿Confundiendo la o con un cero?
A lo mejor se trata de esperar que el tiempo vuelva amable hasta lo más enmarañado. A lo mejor no se trata de olvido más que de adecuación y de cambiar la voluntad de no mirar hacia atrás por la simpleza de un saludo ocasional y cordial y trivial a lo que antes fue un abrazo y luego seguir al encuentro de una nueva bifurcación en el camino.
Y si no se puede, siempre queda hacerse el amnésico como José José.

1 comentario:

Mlogger dijo...

Mucha introduccion para una cancion increible