domingo, 26 de julio de 2009

Harry Potter: La oscura adolescencia

Nunca antes había hecho cola para ver una película en Piura. Esa era la evidencia más simple y contundente de la fascinación global por Harry Potter. Lo mismo sucedió en otras salas alrededor del mundo: de Bogotá a Londres, de Shangai a Nueva York. Y es que habría que remontarse a La guerra de las Galaxias para encontrar una saga con un nivel parecido de popularidad (ni Piratas del Caribe ni El Señor de los Anillos -independiente de sus virtudes fílmicas- pueden equipararse al universo de Hogwarts en cuanto a su alcance en el imaginario colectivo mundial en los últimos diez años)
Precisamente, la primera impresión que deja este film es que, como blockbuster, no decepciona: Ahí está la historia envolvente llena de buenos efectos especiales, los giros cómicos y los momentos de drama. Tres horas para no despegarse del asiento y sentir que valió la pena esperar tanto. En ese aspecto Harry Potter y el misterio del príncipe cumple a cabalidad. Pero, desde que en el 2001 se estrenase La piedra Filosofal, a las películas protagonizadas por Radcliffe y compañía se les demanda un poco más. No sólo basta el hechizo sino todo la magia que hay detrás de éste.
Para esta sexta entrega encontramos que Harry, Hermione y Ron sufren y gozan con los vericuetos de una adolescencia incandescente. Aunque algunos críticos afirmaron que con tanta historia de amor por entre los pasillos del colegio de magia la película caía en el mismo saco que otras teen-movies, lo cierto es que la dosis de besos, coqueteos y chocolates hechizados es suficiente para endulzar sin empalagar.
Por otro lado la trama principal sigue su camino hacia una oscuridad envolvente ya manifesta desde la tercera parte y que en El misterio del príncipe se acentúa con un magnífico trabajo en la fotografía (incluso en los extensos exteriores llenos de nieve, la sensación de peligro es latente) y la presencia de seres bizarros y amenazantes como el de Bellatrix y su risa tétrica, a cargo de una -vaya novedad- soberbia Helena Bonham Carter.
En general la película mantiene un buen ritmo de principio a fin. Pero ahí está también su principal defecto: la cinta no llega a levantar ni siquiera en los puntos en que la historia reclamaba un climax visual. Esta falta de punche en los momentos claves (ahí donde el director debiera mostrar talento para hacer que los actores trasmitan la intensidad que los hechos reclaman) sumado a una coda innecesaria -para mí, si terminaba con la muerte de Dumbledore se redondeaba la cinta- hacen que esta sexta película de la saga Potter -y segunda a cargo del director David Yates- no supere las cotas que alcanzó el mexicano Cuarón en El Prisionero de Azkaban.
De cualquier manera las ganas de ver el final de la historia del mago más famoso de todos los tiempos se mantiene y eso es un gran mérito en un mundo en el que las aficiones duran lo que una película promedio en cartelera.
Sólo una idea me queda rondando en la cabeza: ¿Y si le daban el final a Tim Burton?

3 comentarios:

Mlogger dijo...

"Para esta quinta entrega encontramos que Harry..." si es qno me equivoco, es la sexta entrega.

Neca dijo...

A mi parecer esta sexta entrega es la peor en cuanto argumento. Tal vez no haya diferencia para los fanáticos de las películas, pero para quienes leimos los libros con tanta fascinación fue una decepción. Para mí la mejor fue El Caliz de fuego... lamentablemente David Yates continuará la saga, tengo esperanzas en que mejore.Y SÍ definitivamente seria interesante ver qué hace el genial Tim Burton.

chato del mal dijo...

No he leído ninguno de 7 los libros de HP, pero si me he visto toda las pelas y debo confesar que está sexta entrega la he visto 3 veces. Creo que David Yates, director de Harry Potter y el misterio del príncipe, ha querido o ha intentado dejar de la lado las grandes batallas y los escenarios super descriptivos de las anteriores peliculas para impregnar al universo del jóven mago con una desesperanza oscura . Prueba de ello es la fotografía, como tu mismo resaltas; la personificación exgerada de los sirvientes del Voldemor; los primeros planos de Dumbledore, no se si es mi imaginación, pero en su mirada veía una resignación casi casi parecida a la de Gandalf cuando cae al abismo en las minas de Moria...
Bueno creo que toy mezclando papas con camotes. Sigue escribiendo, sigue siendo constante que la "verdá" es un gusto leerte.