domingo, 17 de enero de 2010

Pop bastardo

Dicen que para los músicos un disco es como un hijo. Este nació de una misma madre. Pero varios hombres se disputan la paternidad. Mezcla de exotismo azteca y actitud punk, la cantante Ely Guerra solicitó la participación de renombrados artistas de la escena latinoamericana -como Enrique Bunbury o Gustavo Santaolalla- para dar forma a Hombre invisible. El reto era que ellos pusieran una semilla (un fragmento musical, un pedazo de letra, una secuencia electrónica) sobre la cual Ely construyó cada una de las diez canciones que conforman un álbum de melodías oscuras y letras con alma de bolero. La promiscuidad, cuando musical, puede ser todo un arte.

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